- Cada uno es ortodoxo con respecto a sí mismo.
- La sonrisa es el idioma universal de los hombres inteligentes.
- Quien piensa a lo grande tiene que equivocarse a lo grande.
- Una era construye ciudades. Una hora las destruye.
- Estamos especializados en una armoniosa repetición del desastre y la estupidez.
- El progreso consiste en renovarse.
- Un día del hombre erudito es más largo que un siglo del ignorante.
- Todos los animales son iguales, pero algunos son más iguales que los demás.
- Por los defectos de los demás el sabio corrige los propios.
- ¿Qué importa si el gato es blanco o negro, con tal que cace ratones?.
- Siempre es peor al día siguiente.
- Lo que quiere el sabio lo busca en sí mismo; el vulgo, lo busca en los demás.
- A donde podrá ir el que hasta aquí llegó, si más allá sólo fueron los muertos.
- La tradición es la personalidad de los imbéciles.
- Si eres pobre eres loco, pero si eres rico eres excéntrico.
- Dadme un punto de apoyo y una palanca y moveré el mundo.
- Las cosas no cambian; cambiamos nosotros.
- Mi verdad básica es que todo tiempo es un ahora en expansión.
- Si viéramos realmente el Universo, tal vez lo entenderíamos.
- Lo menos que podemos hacer en servicio de algo, es comprenderlo.
- Pensar es como vivir dos veces.
- El cesped siempre crece mas verde al otro lado de la valla.
- Inteligencia militar: Dos términos contradictorios.
- La originalidad no puede ser nunca un propósito.
- Habla en voz baja, habla despacio y no digas demasiado.
- Más vale una palabra a tiempo que cien a destiempo.
- El estudioso es el que lleva a los demás a lo que él ha comprendido.
- El camino más seguro es el del medio.
- De hombres es equivocarse; de locos persistir en el error.
- La realización conlleva la idea de que lo que sé es definitivo.