- Las palabras, cera; las obras acero.
- No sabemos ni un cienmillonésimo de nada.
- Saber es recordar.
- Vemos las cosas como somos, no como son.
- El sol tiene el tamaño de un pie humano.
- A todos nos gustaría haber sabido todo antes.
- Sobre las cosas que no se conocen siempre se tiene mejor opinión.
- No les demos a las opiniones estúpidas el placer de escandalizarnos.
- El ojo que tú ves no es ojo porque tú lo veas, es ojo porque él te ve.
- Las ideas estimulan la mente.
- Pobre discípulo el que no deja atrás a su maestro.
- Lo que has de decir, antes de decirlo a otro, dítelo a ti mismo.
- El silencio es el ruido más fuerte, quizá el más fuerte de los ruidos.
- Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para aprender a callar.
- El genio hace lo que debe y el talento lo que puede.
- Toda convicción es una cárcel.
- Lucha contra la tiranía de lo predecible.
- He perdido la comodidad de la ignorancia.
- Todo está contado; la forma cambia. La forma es el mar, es insondable.
- Hay un palacio en tu cabeza. Aprende a vivir siempre en él.
- Los sabios dicen proverbios. Los tontos los repiten.
- Odio las citas. Dime lo que sabe tú.
- Un boomerang que no funciona es un palo.
- El pensamiento lúcido requiere más valor que inteligencia.
- La sabiduría nos llega cuando ya no nos sirve de nada.
- Cuando alguien dice 'teoricamente', quiere decir 'realmente no'.
- Serás lo que debas ser o no serás nada.
- Si quieres viajar hacia las estrellas, no busques compañía.
- El que se ahoga no repara en lo que se agarra.
- La cordura y el genio son novios, pero jamás han podido casarse.