- Una lágrima puede decir más que el llanto.
- A la fuerza, ni los zapatos entran.
- Cuando la limosna es grande, hasta el santo desconfía.
- Alaba sólo a Dios, critícate sólo a ti mismo.
- La mejor manera de tener una buena idea es tener muchas ideas.
- No hay sustituto para la experiencia.
- Quien habla siembra, quien escucha cosecha.
- En la abundancia de agua, el tonto tiene sed.
- Si la palabra vale una moneda, el silencio vale dos.
- Dos capitanes hunden el barco.
- Ganar un proceso es adquirir una gallina y perder una vaca.
- Maria José Fornerod De Mitos, Leyendas y otras Yerbas.
- Es mejor empezar en la noche que no empezar.
- Las cosas más importantes de la vida, no son cosas.
- La vida es corta como la escalera de un gallinero, y encima cubierta de mierda.
- El mucho vino, no guarda secreto ni cumple palabra.
- El que teme sufrir, sufre de temor.
- Si deseas ser feliz, tienes que desear ver a otros felices también.
- El primer deber del amor es escuchar.
- El arte de ser sabio es el arte de saber que ignorar.
- Cuando hay orden, hay muy poco que hacer.
- Un hermano es un amigo que nos ha sido dado por la naturaleza.
- El pájaro que revolotee menos, permanecerá más tiempo en el vuelo.
- Un mar calmo no hace buenos marineros.
- El mosquito de uno es el camello de otro.
- El habla es plata, el silencio es oro.
- Tropezando se aprende a caminar.
- La memoria más potente es más débil que la tinta más pálida.
- Nada sienta mejor al cuerpo que el crecimiento del espíritu.
- Es demasiado necio para ser loco.