- Adán comió la manzana, y todavía nos duelen las muelas.
- Se nace llorando. Luego se comprende el porque.
- La vida es para una generación; un buen nombre, para siempre.
- Los puñales y las lanzas no son tan afilados como las lenguas.
- Para aprender a rezar no hay como viajar por mar.
- Para que nazcan virtudes es necesario sembrar recompensas.
- Es mejor volver atrás que perderse en el camino.
- Lo bien hecho bien parece.
- Cuando se reunen los aduladores, el demonio sale a comer.
- La conjetura del sabio es mas sólida que la certeza del ignorante.
- Quien escucha lo que no debe oye lo que no quiere.
- El hábito es una camisa de hierro.
- Todos somos hermanos bajo el ardiente sol.
- El hombre que desee estar tranquilo ha de ser sordo, ciego y mudo.
- Por lo que uno tira, otro suspira.
- La adulacion es como la sombra: no os hace mas grandes ni mas pequeños.
- Un granuja es suave como el algodon; un estúpido es duro como el hierro.
- Cuanto mas grande la cabeza, mas fuerte la jaqueca.
- El amor es como la luna, cuando no crece es que mengua.
- Quien tiene arte va por todas partes.
- Hasta la muerte, todo es vida.
- No es bueno huir en zancos.
- Cuando apuntas con el dedo, recuerda que otros tres dedos te señalan a ti.
- Si un negocio te abruma por el principio, comiénzalo por el fin.
- La sonrisa cuesta menos que la electricidad y da más luz.
- Mira a las estrellas, pero no te olvides de encender la lumbre en el hogar.
- El necio dispara pronto sus dardos.
- Guárdate de hombre que no habla, y de can que no ladra.
- Adonde el corazón se inclina, el pie camina.
- Si amas a alguien, déjalo libre.