- Cree el ladrón que todos son de su condición.
- El que se enamora no lo nota, pero al poco tiempo se vuelve idiota.
- Amar y no ser amado es tiempo mal empleado.
- En boca del mentiroso lo cierto se hace dudoso.
- El que mal anda, mal acaba.
- A Dios rogando y con el mazo dando.
- Sarna con gusto no pica.
- Es mejor preguntar dos veces que extraviarse una.
- El hombre es esclavo de lo que dice y dueño de lo que calla.
- Cuando se trabaja no se tiene tiempo de ganar dinero.
- El ojo del amo engorda el ganado.
- Los ojos no sirven de nada a un cerebro ciego.
- La cerilla tiene cabeza, pero no tiene corazón.
- Mejor amar poco a condición de amar siempre.
- Estudiando lo pasado se aprende lo nuevo.
- Hay que subir la montaña como viejo para llegar como joven.
- La gente se arregla todos los días el cabello. ¿Por qué no el corazón?.
- Antes de iniciar la labor de cambiar el mundo, da tres vueltas por tu propia casa.
- Dame un pez y cenaré esta noche, enséñame a pescar y cenaré siempre.
- Cuando el dedo señala a la luna el imbécil mira el dedo.
- A palabras necias, oidos sordos.
- Las palabras sinceras no son elegantes, pero las elegantes no son sinceras.
- Los tontos, si callan, lo parecen menos.
- Si te molesta que te mientan, no preguntes.
- Los jóvenes van por grupos, los adultos por parejas y los viejos van solos.
- El hombre que hace su fortuna en un año, debería ser colgado doce meses antes.
- El pobre puede morir, lo que no puede es estar enfermo.
- Los ojos se fían de ellos mismos, las orejas se fían de los demás.
- Por la ignorancia nos equivocamos y por las equivocaciones aprendemos.
- El sabio no dice lo que sabe; el necio no sabe lo que dice.